O B R A S
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Lo que puede un cuerpo
Fundación Felices Los Niños fue una obra solidaria a cargo del Padre Julio César Grassi. Comenzó a mediados de los 90 con el apoyo del Gobierno Nacional y Provincial. Empresarios de renombre y grandes medios de comunicación. Cinco millones de dólares y 65 hectáreas cedidas en 1993 por el entonces Ministro de Economía, Domingo Cavallo, fueron el puntapié inicial. Felices Los Niños tuvo su sede principal en el partido de Hurlingham, Provincia de Buenos Aires. El cura estuvo a cargo desde 1993 hasta que fue destituido en 2001.
El 21 de noviembre de 2002 Grassi es procesado por abuso sexual agravado. La justicia ordena la libertad morigerada con prohibición de acercarse a Fundación, sin embargo, quebranto esta regla reiteradas veces. Llevo 11 años más revocar la libertad morigerada y que Julio César Grassi cumpla condena en la cárcel.
El pederasta fue denunciado por primera vez en el juzgado de Mercedes en 1991. Luego en 2002 con el programa de Telenoche Investiga a cargo de la periodista Miriam Lewin se mediatizan las denuncias. El rechazo social fue de gran magnitud. Sin embargo tuvo un sostén político-económico y mediático como pocos personajes nefastos de la historia argentina: Carlo Saúl Menem, Carlos Ruckauf, Domingo Cavallo, Aníbal Ibarra, Susana Giménez, su ex-marido el “Corcho” Rodriguez, Mirtha Legrand y Raul Portal entre tantos otros.
El modus operandi y el hostigamiento que recibieron las víctimas, como el accionar judicial encubridor, dan cuenta del sentido estructurante de los pedófilos dentro de la iglesia: Julio Grassi, Lorenzo, Luis Anguita, Walter Eduardo Avanzini, Nicolás Corradi son algunos de los pederastas de los 62 curas abusadores denunciados en Argentina hasta el momento. Un ejemplo de esto es que el gabinete pedagógico de Fundación Felices los Niños estaba conformado por dos ex policías: Juan Domingo Pérez y Carlos Carballo. Es un error grave pensarlos como casos aislados sin vinculación, monstruos o locos. Los curas y sus abogados, Pierri, gascón, la fiscal Ana Medina se comportan como mafias, capaces de introducir pruebas falsas, inducir a supuestas retractaciones, amenazas y golpizas. El estado ausente sólo contempla la asimetría entre imputados poderosos y víctimas indefensas. La dilatación de los procesos judiciales y el entorpecimiento de las causas de abuso cristalizan la complicidad del Estado con la Iglesia.
Hoy, Grassi se encuentra en la celda 16 del pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria N° 21 de Campana. Condenado con sentencia firme a 15 años de prisión por 17 cargos de abusos deshonestos contra tres niñes que tenían 9, 13 y 17 años cuando se produjeron los hechos. Grassi negó sistemáticamente todas las acusaciones. Ya estando preso fue condenado a dos años más de prisión por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones al penal de Campana. En noviembre de 2017 le redujeron la pena con el beneficio del 2x1. Juan Pablo Gallego, fiscal y abogado querellante en la causa presentó la apelación. El 13 de febrero de 2019 Grassi fue incluido en el registro de violadores. En el 2026 quedaría en libertad pudiendo ejercer como sacerdote.